Culiacán,Sin.- “Aguanté tres meses, marzo, abril, mayo, a ver que onda y en esos tres meses, por el recibo la luz, pagué siete mil pesos, porque yo aguantando, aguantando, porque que van a ver y aguanté tres meses”, señaló.
En julio del 2020 cuando el coronavirus llegó a sus vidas, la situación fue más crítica para el comerciante, por el contagio de su hijo y de su esposa, quien ocupo oxígeno, llegando a gastar de seis a siete mil pesos por cada tanque.
Y aunque ahora es consciente de que o se mueren de hambre, o se mueren de covid, sigue dando la lucha, “nosotros no quitamos el dedo del renglón, poco a poquito, apenitas ahí estamos aguantando, o sea, no sale mucho, pero sale de perdida para comer, es un extra” y a pesar de todo, el solicitar un financiamiento en el banco no es opción.
“Un crédito en el banco es como tener la soga lista y colgarte, o tener la pistola lista, porque un crédito del banco a como esta ahorita la situación es como quitarte la vida, piden 10 mil y se cobran 50 mil pesos, el banco es un abusón”, explicó.
El señor José sabe que las escuelas están cerradas por el riesgo a un contagio de quienes ingresan, pero en su lógica no es posible que no se autorice su reapertura cuando familias completas se van de vacaciones y se aglomeran por cualquier tipo de eventos.
“Yo sé que la economía es necesaria, pero allá se ve que no hay cuidados, el gobierno se pone los anteojos, nos están dando atole con el dedo y en las escuelas, por lo menos primaria y secundaria, kínder, créame que los papás van a tener más cuidado”, expuso.
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En espera de reactivarse
De acuerdo al dirigente de la Cámara Nacional del Comercio (Canaco), en Culiacán, Diego Castro, la mayoría de estos negocios se están debatiendo “entre la vida y la muerte”, al ser su principal fuente de ingresos la población escolar y no la comunidad en la que están instalados.
De los tres mil negocios que han cerrado en la capital sinaloense, el cinco por ciento son comercios que sobrevivían por las escuelas, es decir, alrededor de 150 pymes ya no existen, mientras que, los emprendedores que piensan reactivarse, tendrán que solicitar un apoyo financiero.
Las escuelas cada vez se llenan más de basura, sufren atracos y las banquetas en donde antes estaba una señora vendiendo, ahora están vacías, en un silencio que ha convertido las clases presenciales en solo un recuerdo para los cientos de comerciantes que tenían su sustento económico por el flujo de estudiantes.
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