Culiacán, Sin.- El estrés, la depresión, desempleo y hasta culpa, ha provocado que jóvenes están optando por quitarse la vida como Brayan quien forma parte de la estadística de más de 36 personas que durante enero a julio han decidido dejar este mundo en Sinaloa.
El doctor Omar Sánchez González, director del Hospital Psiquiátrico advierte que ante la situación del Covid-19, además de la crisis económica, la salud mental ha sido caótica.
La depresión ha ido en aumento y sin duda, aclara, que ésta será la discapacidad número uno en Sinaloa.
Especialistas alertan que el encierro, el estrés y la crisis económica que ha generado la pandemia provocada por Covid-19 podría incrementar hasta en 20% los suicidios en Sinaloa y en todo México y la población más vulnerable son los jóvenes.
El psiquiatra José María Conde Gámez advierte que el suicidio puede afectar a la población en general, no distingue raza, credo, edad, ni sexo, tanto niños como adultos lo han intentado y consumado, sin embargo, el grueso se concentra en la juventud y adultos jóvenes, mientras que los hombres son los que más lo logran.
NUMERALIA
De acuerdo a la Secretaría de Salud del estado de los 36 suicidios, 31 corresponde a hombres y solamente cinco mujeres optaron por la privación voluntaria de la vida.
Conde Gámez precisa que los hombres son mucho más efectivos a la hora de intentar suicidarse, las mujeres lo intentan mucho más, esto es por los métodos elegidos, en general la mujer intenta por métodos que son menos fatales como cortarse la piel o superficialmente las venas, el tomar alguna dosis extra de medicamentos y los hombres tienen más acceso por ejemplo a un arma de fuego, tienen más posibilidad por ejemplo de colgarse, que no es nada sencillo lograrlo físicamente
LA HISTORIA DE BRAYAN
Brayan era un joven de 25 años, se graduó de chef, apenas en diciembre pasado, aunque ya había intentado estudiar otras carreras, como educación física y diseño gráfico, pero quedaron a mitad de camino.
Bien parecido, amiguero, fiestero, se ponía de novio, pero no le gustaban las responsabilidades “a él sólo le gustaba divertirse, yo era su mejor amiga, lo buscaban mucho las mujeres y a todas las tenía contentas”, recuerda Mayra.
Cuando inició la pandemia, Brayan apenas había conseguido trabajo en un restaurante, mismo que fue cerrado y se quedó sin trabajo, le pagaban la mitad de su sueldo. Pero la diversión no la abandonaba.
“Constantemente me decía que estar encerrado lo ponía mal, que se deprimía mucho, que el aislamiento no era para él, salía con mucha precaución, iba a fiestas. Un día su abuela se infecta de Covid-19 y él se culpaba, decía que por andar en la calle había contagiado a su abuelita que finalmente en mayo murió”, dice Mayra.
El psiquiatra explica que cuando alguien piensa acabar con su vida, lo anuncia no a una, sino a varias personas, sin embargo, no siempre es escuchado o detectado por quienes lo rodean, lamentablemente creen que es falso, una broma, no le toman importancia.
“Brayan se empezó a deprimir, no tengo trabajo, no veo oportunidades, no me gusta el encierro y por mi culpa mi abuela murió, yo también me voy a quitar la vida, me dijo varias veces, yo le contestaba estás loco, ya vendrán tiempos mejores”, narra Mayra.
TENDENCIA SUICIDA
El especialista afirmó que la tendencia suicida se puede detectar a tiempo por los seres queridos y es que la persona cambia en su personalidad, deja de hacer cosas que antes hacía, de disfrutar, de reacciona a estímulos, a dejar de sentir placer o regalar cosas que eran apreciadas, lo que es un foco rojo que valorar.
“Mi amigo se encerró por completo, las mujeres dejaron de interesarle, cada día se veía más desmejorado, yo iba a platicar con él, pero lo hacíamos por una ventana, no aceptaba ni siquiera la convivencia de la familia y a su mamá también varias veces le dijo que no había ya oportunidades para los jóvenes que él prefería morir a continuar sin ningún futuro”.
Mayra recuerda que a principios de julio la despertó el teléfono para darle la mala noticia que Brayan se había suicidado.
“Mi hermano se ahorcó… fue lo que escuche, no atinaba que hacer ni qué decir, Brayan era como mi hermano, ahora me siento mal por no haberle hecho caso”.
En México, el suicidio entre jóvenes y adolescentes se ha convertido en un problema de salud pública.
Desde 2017 se sitúa en la segunda causa de muerte a escala nacional en personas de entre 15 y 29 años. La población de 20 a 24 años tiene la tasa más alta, con 15.1 por cada 100 mil jóvenes, indican datos oficiales.
Aunque todavía no se tienen cifras específicas del aumento de los suicidios por la pandemia, por lo menos en el Hospital Psiquiátrico las consultas en salud mental ha aumentado al doble.
El problema, indican es que los trastornos mentales y el suicidio siguen siendo un tema tabú, lo que disuade a las personas que piensan quitarse la vida o han tratado de hacerlo de buscar ayuda.
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De acuerdo a la Secretaría de Salud en los últimos años, la cifra de suicidios se ha ido incrementando, ya que durante el 2018 Sinaloa reportó 51 suicidios, mientras que en 2019 el total fue de 60 casos, en tanto que en 2020 se tienen 36 casos hasta julio.
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