Culiacán, Sin.- Desde la década de los 70’s, cuando se llevó a cabo la Operación Cóndor, por parte del Gobierno Federal para combatir el narcotráfico, a la fecha, se ha dado un constante desplazamiento de familias de la zona serrana de Sinaloa, que a la fecha rebasa los 127 mil personas, y en los años recientes el problema se agrava en los municipios de Concordia y Rosario, siendo este último “el teatro de una tragedia sin fin”, acusó Leonel Aguirre Meza.
Las fuerzas armadas fueron el primer frente en el combate al narcotráfico. Su accionar sin ningún control social ni del Estado y la violencia delincuencial arrojó un saldo demasiado doloroso. El análisis comparado de los Censos de 1980 y de 1970 nos indica que alrededor de 2 mil comunidades de la sierra desaparecieron en esa década, centralmente en los años de la Operación Cóndor. ¿Cuántos desplazados se generaron entonces? Unos 100 mil aproximadamente, según los entendidos.
En la presentación del XI informe anual de labores, el presidente de la no gubernamental Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa (CDDHS), precisó que la segunda guerra contra el narcotráfico, esa que arrancó a la par del gobierno de Felipe Calderón en 2006,generó de nuevo los desplazamientos en masa. El Fuerte, Choix, Sinaloa municipio, Badiraguato, Culiacán, San Ignacio, Concordia y Mazatlán en Sinaloa, y municipios de Chihuahua y Durango, sufrieron el éxodo de unos 27 mil desplazados, que buscaron refugio en los municipios de Guasave, Mocorito, Salvador Alvarado, Culiacán y Mazatlán. La expresión fuerte fue entre 2009 y 2012.
Dijo que ya en el 2016, el fenómeno del desplazamiento cobró vida en Tamazula, Durango y Cosalá, Sinaloa, y se convirtió en el santuario de las familias desplazadas: unas 150. La violencia de bandas delincuenciales hizo presencia en Concordia en el 2017, desplazando cientos de familias.
Desde entonces a la fecha la violencia es la visitante más recurrente de esa región. Y la parte más austral del estado no escapa a este problema: El Rosario, es en estos días el teatro de una tragedia que parece no tener fin en Sinaloa.
A pesar de la magnitud del problema de los desplazamientos, Aguirre Meza acusó que de parte de las autoridades hay una atención parcial sólo cuando hay emergencia en los casos, que se ha limitado a enviar policías a las zonas en violencia y luego a invitar a las familias desplazada a que se regresen a sus comunidades de origen, sin haberse resuelto el problema de fondo.
Pero el problema, dijo, en realidad requiere de una atención integral, de modo que no se ve un final feliz próximo, lamentó.
127 mil personas han tenido que abandonar sus pueblos en Sinaloa por la violencia