Culiacán.- Un alfabeto de líneas rectas y curvas oblicuas le recuerdan a la maestra y periodista Martha Alicia Araujo aquellos años en que estudió en el Instituto Comercial Webster en Culiacán; ahí aprendió una práctica que acaso ha recaído en el olvido: la taquigrafía, un arte que ahora se podría decir que pocos practican.
En los años sesenta no existían las computadoras, menos las tablets o las vertiginosas redes sociales; menos se recurría a toda la tecnología que hoy nos invade para redactar grabando una voz en un moderlo Smart fhone.
En cambio, había escuelas de secretariado y contador privado, en donde se impartía taquigrafía, siendo Grey y Pitman, la versión más utilizada; con el tiempo se incorporó como materia tecnológica en las secundarias al igual que la mecanografía, corte y confección, carpintería, entre otras.
“Estudié en los años sesenta en el Instituto Comercial Webster, que fue cerrado en 1998, fue una materia de mis preferidas donde el máximo de escritura requerida en esta asignatura era de 120 palabras por minuto, aunque se podían dominar más de esa cantidad”, comenta Martha Alicia Araujo, periodista y maestra jubilada.
“Mientras más signos trazaba el profesor en el pizarrón, más aumentaba mi curiosidad y expectación por descifrar y dibujar aquellos monogramas que, ¡en su magia me envolvían…!
“Esos conocimientos con los años me fue de gran utilidad para el desempeño de mi trabajo como reportera en los diversos medios de comunicación de la localidad, aún no existían las grabadoras, por lo tanto, cualquier entrevista era tomada en taquigrafía, lo que facilitaba mi trabajo”, dijo.
Con el tiempo, Araujo ingresó a trabajar al Instituto de donde salió, Webster, en donde impartió clases.
Fue un trabajo inolvidable, pues había alumnos que les gustaba la materia, otros la rechazaban, no les gustaba aprender el alfabeto compuesto de líneas rectas, curvas oblicuas y círculos para formar con ellas palabras hasta llegar a tomar la máxima velocidad de mínimo cien palabras por minuto.
Araujo
RECUPERAR PARA LAS ESCUELAS
- ¿Considera que deberían las instituciones seguir dando esta materia?
Claro que sí, considero que eliminar esta materia quita la capacidad de avivar la mente en los jóvenes que tienen que escribir y traducir, lo cual requiere de una buena capacitación de convertir una palabra en un signo, una frase escrita con dos o tres rayitas, ya sean rectas, curvas, oblicuas o círculos.
- ¿En algún momento se ha encontrado con un alumno que siga practicando la taquigrafía?
Por supuesto, alumnos que siguieron estudiando algunas licenciaturas me comentaban lo útil que les había sido aprender taquigrafía, pues realizaban anotaciones de interés en las clases.
Recordemos que hace más de diez años las instituciones educativas de secretariado impartían la materia de taquigrafía, donde se observaba a los estudiantes con su libreta de apuntes que escribían signos, lo cual no entendíamos pero que era una forma de rápida tomar dictados y favorecido para los reporteros.
Sin embargo, ha pasado mucho tiempo, y ya nadie habla de la taquigrafía, pues otras herramientas y avances tecnológicos la han arrinconado, sustituido y olvidado para grabar conversaciones, tomar apuntes de instrucciones epistolares o de simple comunicación.
“Con esa actitud, no sólo logré destacarme como estudiante, sino también como profesional. Por ello, la taquigrafía, ha sido, es y será, mi compañera fiel e inseparable”, finalizó Martha Alicia Araujo Trapero.
PARA SABER:
La taquigrafía es importante aún, sino se quiere usar grabadoras que es un poco más de trabajo el grabar que escribir y luego traducir.
Martha Alicia Araujo.
Aún yo recuerdo sus caracteres, sus reglas gramaticales, sus abreviaturas, sus prefijos y sufijos.
Martha Alicia Araujo.
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