Culiacán, Sin.- ¡Estoy contagiado de Covid... si no me das el dinero que tienes te pego el virus! grita un joven que sin cubrebocas, amaga a una anciana y le demanda desesperado: dame todo lo que tengas de valor, tarjetas telefónicas y dinero.
Este es uno de modus operandi de algunos asaltantes que tienen asoladas las colonias y que por miedo al contagio y al malviviente les sueltan la morralla de las ventas del día.
Datos publicados por Semáforo Delictivo, muestran que en marzo del 2021 se reportaron en la entidad 106 robos a negocio, estas cifras se refieren al número de delitos registrados en averiguaciones previas o carpetas de investigación iniciadas en las agencias del Ministerio Público y reportadas por la Fiscalía General de Justicia del Estado.
Igualmente la Canaco afirma que de enero a marzo, se denunciaron alrededor de 3 mil delitos en la Agencia Especializada en Robo al Comercio, que representa un promedio de mil delitos al mes en el municipio de Culiacán.
PUNTOS DÉBILES
El presidente de Canaco Culiacán, Diego Castro Blanco lamenta que es en el centro de la capital del estado donde se acentúan los números de asaltos de todo tipo a negocios y a transeúntes.
“Es una cantidad impresionante las denuncias que se dan los diferentes delitos, están las tiendas departamentales, oxxos, farmacias, tiendas de calzado son los que más denuncian, todas denuncian un montón de asaltos”, señala.
Esos son los datos de los que están afiliados a la Canaco, sin embargo, los famosos “chumilcos” de las colonias populares, muchos de ellos, no afiliados, también están siendo asolados por los amantes de lo ajeno.
CINCO EN UN MES
Doña Esmeralda, una madre de familia que sacó adelante a sus hijos atendiendo una pequeña tiendita en su colonia, asegura que siempre ha tenido asaltos, pero que como los que se han dado en los últimos meses “ya son para el record Guinness”.
“En lo que va de marzo y abril me han asaltado cinco veces, un día sí y otro también; les he dado desde tarjetas telefónicas, hasta un par de tenis de mi nieto que desafortunadamente estaban en el mostrador, me los había llevado a que los viera, que les diera el visto bueno y en un descuido, en menos de cinco minutos, el ratero, llegó y me dijo que estaba contagiado, que si no le daba lo que tenía, me iba a escupir, me pidió que no me moviera, que le diera todo lo que tenía mientras me apuntaba con una pistola”, recuerda.
-¿Denunció el asalto?
-Para qué… es tiempo perdido.
Asegura que los primeros asaltos sí los denunció, pero que nunca agarraron a los delincuentes, al contrario, asevera que la amenazaron.
“Cuando inicié con mi “tendajón” todo era bonito, fue por allá en los años noventa, conocía a toda la chamacada de la colonia, eran jóvenes buenos, algunos tenían el problema de la droga, andaba mucho la moda de los cholos, un día me pintarrajearon mi negocio, hablé con ellos y limpiaron lo que hicieron…ya nunca más volví a tener problemas, pero de unos cincos para acá, ya es otra cosa, no respetan ni a sus padres”, lamenta.
Doña Esmeralda narra que con la pandemia del Covid-19 la descomposición social esta desbocada, ya que el encierro ha hecho más agresivos a los jóvenes.
“Lo que es en los “tendajones”, los salones de belleza y otros lugares las pláticas, bueno, los chismes, se cuentan, aquí mis clientas se quejan de que ya no pueden controlar a sus hijos, es más, una de ellas, asegura que hasta su chamaco de 14 años la ha golpeado porque no lo deja salir, otros se han vuelto flojos, sin control”, dice.
Detalla que ella ha sufrido las consecuencias de la barbarie que se está viviendo en los hogares de Culiacán, debido a los constantes asaltos que ha tenido, que está pensando seriamente en serrar el changarro.
NI PASA LA POLICÍA
“Por aquí la policía nunca pasa, si hablas al 911 te salen con cada jalada, o tardan más en contestar que te desesperas, a lo mejor lo hacen para que no estés molestado, es por demás que acudas a presentar la denuncia, pierdes lo que te robaron, pierdes tiempo y de pilón sales regañada por el MP, lo digo con conocimiento de causa. Al principio como que tenía confianza y cada vez que me asaltaban iba a denunciar, es más ya hasta me torcían la boca cuando me veían”, dice.
Durante la narración asegura que un día le dijo el abogado que la atendió en el MP “ya viene otra vez…a mí se me hace que ni siquiera le han quitado ni un peso. Eso fue lo último que podía escuchar, por eso, ya no denuncio, creo que me han robado desde ese entonces, como una veinte veces, pero en marzo fue el acabose. Voy a cerrar mi 'tendajón' con el dolor de mi corazón…no se a que me voy a dedicar”.
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La señora Esmeralda, asegura que tiene miedo de hablar, de que la localicen, los asaltantes, porque ahora son más agresivos…nada los detiene.
“La mayoría de los 'tendajones' están enrejados, pero ni eso los detiene. Yo no soy la única, tengo conocidos de otros negocios, incluso, familiares que están pasando por el mismo calvario, apenas juntamos para surtir la tiendita y aparecen los perversos y se llevan todo, por ejemplo, a un conocido de la colonia Lázaro Cárdenas lo asaltaron con el mismo cuenta de que estaba enfermo de Covid y que lo iba a contagiar si no le daban lo de la venta…la inseguridad en nuestros 'tendajones'… es el clamor que se escucha en todas las colonias”, reclama.
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