Culiacán, Sin.- Bajo los incrementes rayos del sol del mayo sinaloense, decenas de pepenadores se arremolinan en las nuevas descargas de desechos que esta mañana dejaron camiones del Ayuntamiento y vehículos particulares en el relleno sanitario de la zona norte.
Aquí, los mismos recolectores lo dicen: la falta de oportunidades laborales y de estudios, problemas de seguridad y el acceso a una vivienda digna, los orillan a auto emplearse removiendo la basura para recolectar material reciclable para vender.
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El contraste es que esta actividad, expuesta a alturas temperaturas y a gases de residuos, provoca una depauperación de la vida misma, aunque aseguran gozar de buena salud, lo cierto es que viven en contacto con bacterias dañinas y con falta de sanidad.
En un recorrido realizado por El Sol de Sinaloa en el basurón municipal, se constató que las inclemencias laborales vulneran a cualquiera que pone un pie ahí para trabajar.
Los pepenadores deben caminar largas distancias para poder acceder al relleno sanitario, deben pagar cuotas a los representantes de las cooperativas receptoras de desechos y en algunas ocasiones hasta vender más barato su pepena, con tal de sacar la “papa” del día.
Un panorama desolado
El relleno sanitario del municipio está rodeado de colonias invasoras donde la mayoría de sus habitantes, son desplazados de las zonas serranas que por la violencia, que se vieron en la necesidad de comenzar de cero y buscar un lugar donde habitar.
Estos asentamientos, carecen de servicios básicos como la luz eléctrica, acceso a la educación y hasta alumbrado público; convirtiéndose estos en unos de los motivos que obliga a sus habitantes a trabajar en el basurón.
Esmeralda, una mujer de lucha
Esmeralda Quiñónez es una joven de 35 años de edad, madre de 5 hijos y por necesidad, recurrió desde hace 13 años al basurón como una fuente de empleo que le permitiera cuidar a sus hijos, pero al mismo tiempo conseguir dinero para mandarlos a la escuela y a completar para el alimento diario.
Es una mujer divorciada y con ella, arrastra situaciones de precariedad y violencia, pero con buena cara, busca salir adelante y darle lo mejor a sus 5 pequeños.
Esmeralda y sus hijos, habitan una pequeña casita instalada en la Ampliación Bicentenario al pie del basurón. Es una de las más de 400 familias de esta invasión, dice que en su casa carece de servicios y a sus hijos de le complica el acceso a la educación.
“Por necesidad, me convertí en mi propia jefa, yo me vengo a trabajar a la hora que puedo, si yo perdiera mi trabajo en el relleno sanitario, porque soy madre soltera y de bajos recursos, entonces encontrar otro empleo me complicaría mucho todo”, expresó.
En su rutina, Esmeralda madruga para hacerle de desayunar a sus 5 hijos, de los cuales; dos de ellos estudian secundaria en el turno matutino y tres más primaria en el vespertino.
En lo que unos van y otros vienen de la escuela, ella se hace el tiempo para subir al relleno sanitario, acomoda sus horarios para cumplir con las tareas del hogar, preparar la comida y regresar al basurón.
La mujer compartió que su meta diaria, es recolectar alrededor de 10 bolsas jumbo de plástico que en promedio acumulan 15 kilos de basura, esto equivale a los 200 o 250 pesos que es lo que ella necesita para sobrevivir al día.
“Yo necesito sacar diario 200 o 250 pesos para sobrevivir, porque 100 pesos me gasto en darle a mis hijos para que vayan a la escuela y el resto para a completar la comida o la cena. Yo voy y vengo porque saco primero para el desayuno, luego regreso al basuron y saco para la comida y así me la llevo, voy y vengo”, explicó.
Desde que inició como pepenadora, se ha dedicado a recolectar cartón, latas, papel, plástico duro, pet y aparatos electrónicos, además de curiosear algo que pueda servirle para su hogar.
“Hasta la ropa juntamos aquí, yo de aquí visto, de aquí calzo a mis hijo y puedo decir que hay personas que hasta de aquí comen y comemos, de basura que aquí cae en buenas condiciones, de aquí también nos alimentamos, por eso estar en el relleno es más fácil para nosotros que estamos vulnerables y por eso peleamos pelear en el basuron”, recordó.
Impacto en la salud
El paso de los años, el absorber gases que desprenden los residuos diariamente y el exponerse a las altas temperaturas del sol y del clima, ha impactado directamente en la salud no sólo de Esmeralda, sino también de los trabajadores de la pepena.
Esmeralda refirió que la piel se les ha tostado y que a diario se exponen a enfermedades como el cáncer de piel, picaduras de insectos, heridas profundas, infección de estómago, garganta, ojos, en las mismas heridas.
“Tratamos de cuidarnos con guantes, cachuchas y manga larga, pero de todas maneras estamos expuestos a los más de 40 grados de temperatura, la mayoría de las veces nos cortamos con las latas o con las coas filosas que agarramos, de aquí agarramos las calenturas que es lo que mayormente nos da”, dijo.
Explicó que por la necesidad de sacar el sustento diario, no se permiten reposar las enfermedades y que incluso algunos ni atención médica reciben.
“Uno aquí se médica de lo que encuentra entre las cosas, de repente encontramos paracetamol y esas cosas y de aquí mismo nos medicamos, uno no termina de aliviarse cuando por necesidad tenemos que venir, a veces no se nos cierra la herida para cuando ya andamos otra vez juntando”, manifestó.
En su andar, Esmeralda se cataloga como una pepenadora independiente, pues asegura que hay líderes de cooperativas que cobran una cuota mensual por pepenar, por lo que ella prefiere buscar a sus clientes y vender su basura al mejor comprador.
“Aquí hay dos cooperativas, la Fénix y la Progreso, yo trabajo con los blancos y me voy la oportunidad de venderle a quien mejor me compre mi basura, yo sola sé me defender por eso no me uno a las cooperativas, porque luego son abusivos”, exclamó.
En promedio, hay 400 familias solamente del sector bicentenario, que se emplean de la pepena en el basuron, mientras que 200 familias más se emplean en las plantas recicladora del sector.
Un diagnóstico a contrarreloj
Para contrarrestar las problemáticas que hay en el estado entorno a los rellenos sanitarios, la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable, ya se encuentra realizando diagnósticos para establecer nuevos rellenos sanitarios y que estos cuenten con las normativa vigente NOM SEMARNAT 2003.
Al respecto, el Subsecretario de Desarrollo Sustentable, Carlos Alejandro Carrasco Cota, reveló que a raíz de la pandemia, la generación de basura ha sentado hasta un 30 por ciento en Sinaloa, donde en promedio, 0.98 kilogramos son producidos por persona.
“Nos hemos dado la tarea de hacer estudios que tienen que ver con el manejo de residuos, donde se están depositando y cuáles son las necesidades que tienen los municipios para hacer un buen uso de los residuos”, detalló.
Compartió que en la entidad, alrededor del 50 por ciento de la basura que se genera en la entidad es orgánica, lo que significa que hay un potencial para el reciclado de residuos.
Para minimizar la falta de manejo de basura, el gobierno tiene pensado crear nuevos rellenos sanitarios, uno en la región del Évora con tres municipios, Salvador Alvarado, Angostura y Mocorito, no tienen un lugar de disposición donde depositar la basura, por lo cual, gestionan ya la creación de un relleno sanitario en el que los tres municipios puedan depositar sus residuos, además de otras gestiones para los municipios más grandes de la entidad.
“Tenemos que ir minimizando nuestra generación de basura, a través de leyes, educación ambiental, tecnología y lo tenemos que ir planteando de forma gradual”, dijo.
Datos para considerar
Solamente tres municipios depositan la basura en cuatro rellenos sanitarios, conforme a la normatividad vigente (NOM SEMARNAT-2003):
Ahome, dos rellenos sanitarios privados reciben 495 toneladas por día
Navolato, un relleno sanitario privado procesa 140 toneladas por día.
Culiacán, un relleno sanitario privado recibe 400 toneladas por día.
Lo anterior, suma un total de 1,035 toneladas por día, lo que representa el 33.5% de la basura, el restante se dispone de manera irregular en 15 municipios. Además, existen aproximadamente 60 tiraderos clandestinos a cielo abierto en barrancas, derechos de vía en caminos, carreteras y cuerpos de agua. Se tiene conocimiento también con información georreferenciada de 49 tiraderos, sin cuantificación del volumen.
La situación que guardan los municipios, es la siguiente:
Los más críticos son Culiacán y Mazatlán, que disponen de forma inadecuada, arriba de 2,300 toneladas diarias.
9 municipios carecen de infraestructura de relleno sanitario, al no disponer con terreno ni medios preparatorios legales, como estudios y permisos: Culiacán, Navolato, Mazatlán, Angostura, Mocorito, Elota, San Ignacio, Badiraguato y Sinaloa
8 municipios cuentan con terrenos y estudios con avances parciales entre 30 y 50%: Guasave, Salvador Alvarado, El Fuerte, Choix, Escuinapa, Rosario, Cosalá y Concordia
El municipio de Ahome no presenta problemas porque cuenta con un relleno sanitario concesionado.
Concordia requiere estudio hidrológico porque está a pie de una microcuenca.