Trampas mortales

Las banquetas del centro de la ciudad están plagadas de hoyos que han ocasionado accidentes de peatones, sobre todo de personas invidentes

Martín Tamayo

  · sábado 1 de junio de 2019

Fotos: OEM

Culiacán, Sin.- Un problema que día a día sufren los peatones en el centro de la ciudad de Culiacán, es la posibilidad de caer en alguno de los agujeros de las banquetas que existen en las transitadas calles de esa zona.

Comerciantes y peatones exigen a las autoridades municipales reparar esos hoyos que se han convertido en verdaderas trampas mortales, en las cuales ya han caído algunas personas.

"Es triste ver cómo la gente cae en esos espantosos hoyos, sobre todo los invidentes, que andan con su bastón y ¡zas!, nomás suenan en el piso, lo malo, que somos pocos los que nos acercamos para levantarlos", comentó Rodrigo Pérez, estudiante de preparatoria.

Lo cierto es que aún no existe un proyecto que permita mejorarlo en todas sus condiciones, desde las calles en mal estado, drenes pluviales, banquetas con hundimiento y por supuesto, los hoyos que son el problema de peatones de todas las edades.


Yo creo que las autoridades deben tomar cartas en el asunto, porque son detalles que deben estar arreglando siempre, prevenir esos incidentes de las personas ante todo ancianos y personas con alguna discapacidad.

Lucero Valle, empresaria.


Lo cierto es que no existen señalamientos que prevengan esos desperfectos en las banquetas, algunas veces sale agua sucia, lo que advierte a quienes caminan de este latente peligro, los que se dan cuenta le sacan la vuelta y algunos bajan a la calle, siendo esto riesgoso debido a la afluencia de carros.

Sin embargo, un grupo de personas coincidieron que el Ayuntamiento de Culiacán tiene la obligación de mantener en condiciones favorables el primer cuadro de la ciudad.

También los registros sin tapas en banquetas representan un peligro y otras de las cosas que me parece mal, es que por la tarde-noche, las taquerías que están por las orillas del Mercado Garmendia, hacen un tiradero de agua, claro, lavando sus negocios, pero no miran el peligro que causan a algunos que pasan por el lugar, que se han caído.

empleada de una tienda comercial.


Asimismo, Germán Íñiguez dijo que este problema lo tienen que ver las autoridades. "En lo personal, me tocó ver un día cuando una joven invidente, cayó y se quebró un pie, entonces, que arreglen esos detalles que van en aumento".

Es visible el problema que existe en el centro, donde se detectan algunos puntos en malas condiciones, tapas de registro en malas condiciones, tramos de mosaico roto o sin éste, así como coladeras sin tapaderas, entre otros desperfectos que representan riesgos para los peatones.



Invidentes, más afectados

Son muchas las personas con capacidades diferentes que transitan por el primer cuadro de la ciudad, y ellos son los más afectados.

Alfredo Pulido, de 40 años, invidente, quien en días pasados ya cayó en una de esas trampas mortales, pidió que las autoridades arreglen esas calles.

“Voy caminando por la calle Antonio Rosales, entre Obregón y Carrasco, en donde me topé con un hoyo, de hecho yo uso bastón, pero el que no lo usa, ¡te imaginas! pasa desapercibido este hoyo, por qué, porque están más o menos al tamaño del pie de una persona, y no nada más está en esta parte del centro, sino en varias banquetas de la ciudad con este tipo de problemas, no solamente un servidor, sino todas las personas en general, que andan por acá en el centro”, comentó.

Ahorita mi pie llegó hasta la rodilla, donde me llené de lodo los zapatos, pero esto nos pasa a cada momento, pero si no ponemos aviso a las autoridades competentes, las cuales deben de solucionar este tipo de problemas, creo que las cosas seguirán pasando y va a llegar a algo peor.

Alfredo.

Alfredo también denunció la incomodidad que existe cuando se topan con lonas, que los comerciantes ponen al paso, y pegan sobre el rostro de una persona.

Dijo que sus días malos como invidente significan empujones en el transporte público, ofensas verbales e incluso físicas de las personas a mi alrededor.

Mientras que, para definir sus mejores días solo hay una respuesta: “¿Días buenos en qué? Pues creo que los sábados y domingos cuando hay menos gente”.


Rodrigo Pérez, estudiante de prepa.

Es triste ver cómo la gente cae en esos espantosos hoyos, sobre todo los invidentes, que andan con su bastón”.