Culiacán, Sin.- El servicio de transporte público en Culiacán no ha podido regresar a la normalidad desde que se desató la ola de violencia en Sinaloa, derivada de la pugna entre grupos delincuenciales hace más de dos meses.
Los primeros días de violencia, a principios de septiembre, muchos choferes decidieron resguardarse por temor a quedar en medio de algún enfrentamiento cruzado o que sus unidades les fueran despojadas para realizar narcobloqueos, lo que orilló al Gobierno de Sinaloa a poner a disposición de la población que se quedaba varada en el centro de la ciudad por la falta de camiones urbanos, vehículos de las dependencias gubernamentales, como apoyo de transporte público gratuito.
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Desde hace semanas, las autoridades aseguran que el servicio de transporte público ha regresado a su normalidad, sin embargo, tanto líderes transportistas como pasajeros, señalan lo contrario.
El presidente de la Federación de Autotransportes del Estado de Sinaloa (FAES) Joel Camacho González, resaltó que el objetivo de los concesionarios del transporte público es no dejar de prestar el servicio hasta las 9:30 de la noche, sin embargo, reveló que este no ha sido cumplido por varias razones.
El temor de los choferes
Según líderes transportistas, los choferes manifiestan tener miedo de circular tan noche en la capital sinaloense, sobre todo en algunas rutas que consideran peligrosas al llegar la oscuridad.
“Para la zona sur, todas rutas que van para Las Coloradas, Alturas del Sur, La Costerita, todas esas colonias de ahí, cuando se hace de noche, se vuelven un poco peligrosas, es lo que dicen los choferes y es cierto, es donde suceden las cosas pues, nomás oscurece y se vuelve tierra de nadie”, manifestó el presidente de la FAES.
José Manuel Mendivil, presidente de la Alianza del Transporte Urbano en Culiacán, apunta el deseo de los transportistas de que el servicio se normalice, pues además de las pérdidas económicas por falta de pasajeros, lamenta que los choferes padezcan miedo y estrés ante la posibilidad de que les suceda algo en la calle.
“Nosotros quisiéramos que esto ya se normalizara para que la gente saliera a las calles ya con más confianza. Los choferes llegan con miedo ya en la última vuelta, le tienen temor a que les vaya a pasar algo. Es muy inquietante que el chofer venga manejando y viene estresado de que pues puede pasar algo en la calle y él no llegar a su casa o que le pase algo al pasaje”, mencionó.
La rentabilidad
Aunque la mayoría de la gente ha tenido que regresar a su vida cotidiana por necesidad, alrededor de las 6:30 o 7 de la tarde evita realizar actividades en la calle, y se resguarda en sus hogares.
Los transportistas refieren que al ser sus ganancias, ellos son los más interesados en que los camiones realicen hasta la última vuelta en ruta, sin embargo, explican que no es rentable que las unidades anden circulando de noche con muy pocos pasajeros.
“Si a las 9 o 9:30 vas al centro no hay nadie, ni siquiera una sola persona o un carro o un poli que esté vigilando. Yo traigo cámaras y está solo completamente, entonces sí estamos saliendo a las 8-8:30, pero ya más tarde ya no hay gente y aparte nadie vigilando, da miedo estar en el centro”, comentó Manuel Mendivil.
Los pasajeros señalan que a partir de las 8 de la noche, las pocas unidades que todavía andan circulando, esperan hasta 25 minutos en las paradas de camiones para que se llene un poco el transporte y sea rentable la vuelta.
Algunas personas en vez de esperar tanto tiempo al camión, optan por contratar servicio de transporte por aplicación, incluso a veces, desconocidos que van hacia el mismo rumbo, se ponen de acuerdo para subirse al mismo auto y pagar la tarifa entre todos.
“Yo espero la ruta de camión “Nuevo Culiacán” después de las 7 y corro el riesgo de que se salga de ruta o que ya no haya. A veces se queda toda la gente y ya nos empezamos a juntar y poner de acuerdo para irnos en uber”, dijo Yareli, una trabajadora del centro de la ciudad.
Antonio, un vendedor ambulante de Culiacán, manifiesta sentir preocupación por su esposa, quien sale de trabajar a las 8 de la noche y todos los días llega muy tarde a su casa debido a que el camión espera mucho tiempo en la parada para juntar algo de pasajeros.
Los asaltos
La ola de violencia en Sinaloa ha provocado una alza en varios delitos, entre ellos los robos.
Camacho González reveló que en las últimas semanas los camiones urbanos han sufrido asaltos, sin embargo, no han sido denunciados por miedo.
“La verdad es que sí ha habido asaltos, pero los choferes no denuncian, tienen temor porque como ellos andan por donde mismo, ya los tienen identificados los asaltantes y no quieren denunciar”, comentó.
En este sentido, indicó que la intención de los transportistas es que todos los camiones cuenten con botones de pánico, GPS y cámaras de videovigilancia, estas últimas las calificó como muy efectivas para la seguridad, sin embargo, explicó que las pérdidas económicas que han dejado las últimas semanas, así como que en dos años no se ha actualizado la tarifa del pasaje, ha generado que el servicio de transporte público deje pocas utilidades. Precisó que solo el 30 por ciento de los camiones urbanos cuentan con cámaras de videovigilancia.
La afluencia
Aunque la afluencia de pasajeros en el servicio de transporte público ha ido mejorando paulatinamente en las últimas semanas, aún no regresa a su normalidad, según transportistas actualmente es de un 70 u 80 por ciento, contrario a lo que aseguran las autoridades, un 95 por ciento.
“Hace 20 días sí estaba muy crítico. A las 5 de la tarde ya batallabas para agarrar camión. Ya a esa hora la gente andaba con revolución, la gente corriendo y las señoras corriendo para agarrar camión”, externó Octavio, un pasajero.