Guasave.- Con el gusto a las ventas que fue creciendo en Irma Gutiérrez Iribe de su niñez a su juventud y, por último, en su etapa como esposa, hace 40 años tomó la decisión de emprender en el comercio con la apertura de un pequeño “changarro” en su casa en el pueblo Gabriel Leyva Solano, Guasave.
Al ayudar primero a su madre con la venta de tamales cuando era niña mientras vivía en el Ejido Batamote, al darse cuenta que es una fuente de ingreso en su juventud y descubrir que tenía el carisma para la profesión, fue que la “espinita” sólo fue creciendo.
Es así como al momento de contraer matrimonio, prefirió no estar atada a los quehaceres del hogar, esperando a que el ingreso económico llegara sólo por el hombre, sino hacer la lucha de obtener mayores recursos.
Yo por eso, desde que yo me casé yo dije, tengo que hacer algo, yo ya tenía el principio de este negocio y yo le dije a mi esposo ‘vamos a poner un negocio’ y con créditos comencé el negocio y poco a poquito Irma Gutiérrez Iribe
CRECIMIENTO
Con el paso de las semanas, el abarrote fue surtiéndose de mayores productos para los clientes número uno que tenían en el pueblo, los trabajadores del campo, quienes sin falta acudían desde temprana hora para comprar primero sus cigarros y luego el alimento del día como leche, pan, tortillas y frijol.
Al mismo tiempo, la familia Gutiérrez Dávalos fue creciendo con el nacimiento de la primera hija, Fabiola, después, Iván y, por último, Hugo, a quienes los navegó en la tienda con la cuna, la andadera, el porta bebé y la carreola, siempre cerca de ella, sumando sus dos prioridades.
En el transcurso, las veces que sus hijos se llegaban a enfermar, las mañanas eran difíciles por las pocas horas de sueño y la obligación de abrir la tienda a las cuatro de la mañana para atender a los primeros clientes del día, quienes esperaban ansiosos.
TIEMPO DESPUÉS
En su ahora hogar en Culiacán y con el abarrote “Don Julio”, mientras recuerda su trayectoria y atiende a los clientes que llegan por sólo unos minutos, asegura que las ventas eran mejor años atrás que ahora en la actualidad con la llegada de franquicias como Oxxo.
La comerciante devuelta a la entrevista, reconoció que en los años que estuvieron en el pueblo tuvo la fortuna de que una señora le ayudara en las tareas del hogar para poder enfocarse en la tienda.
Con la creencia de que cuando se empieza un negocio, mencionó que de poco a poco el mismo comercio va diciendo lo que los clientes prefieren para empezar a ofertarlo e ir surtiendo la tienda.
A pesar de que por dos años la familia se mudó a Guadalajara, al llegar a Culiacán hace 20 años, con su amor al comercio volvió a comenzar su andar en el abarrote ahora llamado “Don Julio”, aun y cuando no se tenía terminada la casa, tenía paredes rústicas y no había puertas.
Con la constante perseverancia, semana tras semana la tienda iba obteniendo clientes frecuentes y al ser tanto su gusto por el abarrote, aspectos como la esclavitud que obliga su atención, fue una situación que se volvió parte de su rutina.
Vestida con un tradicional mandil, una tienda surtida y una mente lista para hacer las cuentas de cada compra en su mente, su rutina inicia a las 8:00 horas y finaliza a las 21:00 horas.
CONSEJO
Para la señora Irma, el éxito para tener una trayectoria en una tienda es ser constante en el negocio, tener buen surtido, precio y la mejor de las atenciones para los clientes, quienes de cierta forma algunos se convierten en amigos y en los casos que se cierra el abarrote se llegan a preocupar por su salud.
Otra de las formas en la que ha logrado obtener ingresos extraordinarios es con la venta de ropa para dama, la cual compra en cada temporada en Guadalajara y con el dinero recibido lo invierte en la tienda, además de que inicia cundinas.
Para mí significa mucho mi negocio, todavía hasta la fecha, porque no me veo yo allá en la casa, allá adentro lavando platos y haciendo comida de planta, no, para mi sigue siendo mi sustento Irma Gutiérrez Iribe
La señora Irma, reconoció que aún y cuando la tienda demanda mucho tiempo, no se pierde los eventos familiares, al ser el momento en el que convive con sus seres queridos, facilidad que tiene al ser su propia jefa.
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Es así como el abarrote “Don Julio” seguirá operado por la señora Irma hasta que Dios se lo permita, al ser un trabajo que asegura, realmente disfruta y está agradecida por todo lo que le ha brindado en la vida.
40 son los que lleva Irma en el trabajo de abarrotera
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