Culiacán, Sin.- En el Centro de la sindicatura de Eldorado un local comparte una barbería y a la vez, la Comisión de Derechos Humanos del Valle de San Lorenzo, una organización no gubernamental que ha dado sus batallas en los últimos 30 años.
Allí, un hombre de 60 años de edad cuenta cómo desde hace 35 años su domicilio se ha convertido en un sitio para defender los derechos humanos de las personas.
El lugar es un local viejo, convertido una parte en peluquería y barbería. Por las noches también se instala una carreta de comida rápida.
"Yo creo que quise hacer esto porque siendo peluquero te enteras de lo que está pasándole a la gente así como las necesidades que hay en las familias y el pueblo. Eso me motivo a mí a estar a cargo de esta ONG. Uno se convierte casi en psicólogo de sus clientes, porque además conoces a gente de todas las edades y te cuentan el contexto y el antecedente de las situaciones", relata Miguel López Morales, quien encabeza esta ONG que no recibe apoyos gubernamentales.
Aunque no cuenta con preparación académica, dice que por medio de las noticias en los medios de comunicación y platicando con los pobladores de la sindicatura, puede darse cuenta de lo que en realidad pasa; lo que se omite por el gobierno y la corrupción.
"La violencia hacia la mujer ha aumentado y ya es tiempo que las autoridades deben poner un poco de empeño para crear verdaderas políticas en contra de la violencia a la mujer. La comisión ha recibido un promedio de 85 casos de violencia en Eldorado y las cinco comisarías que están alrededor de la sindicatura", expone, Miguel.
LUCHA POR SOBREVIVIR
Desde 1991 esta comisión se encuentra instalada, sin embargo, en el local, no hay escritorios, cubículos o algún papel que acredite que los derechos humanos se están defendiendo. Lo que sí hay, es una silla y un espejo, donde sus clientes se sientan no solo a realizarse un corte de cabello, sino a ser escuchados.
"También vendo hotdogs en la noche, porque de algo hay que mantener el trabajo de la comisión. Nadie nos apoya, aunque sepan que existimos aquí. Yo creo que lo grillero también es lo que me motiva estar acá, mi abuela fue revolucionaria y eso lo llevo en la sangre", declara.
López reconoce que hay problemas de violencia, el narco y de salud. Señala además que los diputados y el gobernador actual, no están interesados en la ciudadanía.
"Esta es una ONG y no nos pagan, el narco manda aquí y eso no los tenemos que callar porque es peligroso hablar de estos temas, el hablar cómo vivimos realmente. La cuarta transformación que se presume, aquí no ha llegado y eso que uno apoyó ese proyecto", apunta.
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El presidente de la ONG, destacó su sentir acerca de la falta de inversión en la educación y la salud del pueblo. Lamentó que al gobierno de Sinaloa le interese más la imagen personal y el rubro empresarial que la salud y seguridad.
"Sabemos que estamos en una contingencia que no se había vivido, pero hay mucha falta de información. Hay una situación que a mi no me agrada y es que hay escuelas que ya están recibiendo niños, en un programa especial que Quirino Ordaz tiene, todo esto porque quiere llevar a Sinaloa al semáforo verde epidemiológico, cuando sabemos que no es posible así. Tenemos un promedio de 4 a 5 personas muertas por Covid-19 en la sindicatura y la de Emiliano Zapata", acusa.
VALLE DE SAN LORENZO
López dice ser encargado también de que el ejercicio de los derechos humanos se respete en las sindicaturas de Quilá y El Salado.
"Yo no tengo un título que me avale, creo es más la iniciativa y convicción de servirle a la gente. Todos los días recibimos gente y casos. Tenemos un archivo y número de causas, todo queda registrado y tratamos de actuar inmediatamente. Sin embargo, es tiempo de que nos apoyen y nos volteen a ver para poder hacer un trabajo mejor", asegura.
Miguel es un hombre que parece ser común y hasta parte del folklor de Eldorado, pero él trata de mantenerse al tanto de lo que sucede a nivel nacional para poder emitir una opinión sobre las decisiones de los gobernantes y las afectaciones que desencadena a la población.
En el pueblo es conocido y él asegura que confían en él. Menciona que nadie más se ha interesado en estar velando por los derechos de la sindicatura y expresa abiertamente que en México no se está haciendo nada para que las comisiones de derechos humanos cumplan su función.
"Hago un llamado a Rosario Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que le diga al Presidente de la República que las comisiones locales no tenemos voz. Estamos atrapados por el gobierno y a nivel nacional no se está fungiendo como se debe", asevera.
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