Culiacán, Sin.- ¿Por qué quieres entrar al Ejército Mexicano?, es de las primeras preguntas que se les hace a los aspirantes a ingresar a esta institución militar, y en el caso del Subteniente Auxiliar Médico Cirujano, Agustín Eduardo Gavilanes Santos, la respuesta fue: la disciplina del militar y sus aspiraciones a tener una especialidad.
La convocatoria que muchas veces es ajena para los jóvenes que tienen “la espinita” por conocer la realidad del Ejército, llegó a Agustín por medio de unos amigos de la carrera de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Recuerda que cuando compartió su interés con sus padres, primero tuvieron miedo por todo lo que se escucha de los militares y el peligro al que se enfrentan, pero confiados en sus habilidades aceptaron su decisión, “me dijeron que yo sabía lo que quería y me apoyaron”.
De ahí, empezó su proceso como aspirante con sus conocimientos de medicina general. Antes de presentarse en el hospital en Mazatlán, se preparó físicamente y en seis meses de la convocatoria, pasó el examen físico, psicológico, cultural y médico, con un resultado aprobatorio.
“Nosotros como civiles no tenemos esa rutina de llevar un ejercicio y es lo que me interesaba, me llamaba más la atención tener ese ritmo que llevo aquí en el Ejército Mexicano”, destacó.
DESPEGA UNA CARRERA
El primero de mayo del 2019, Agustín causó alta en el Hospital Militar Regional de Especialidades de Mazatlán y para el 16 de noviembre del 2020, cursó como Comandante Accidental de la 24 C.I.N.E del pelotón de sanidad en Culiacán.
Desde un inicio, el ahora médico militar, sabía que no es rutinario que se abran este tipo de convocatorias en el Ejército Mexicano, sobre todo, porque no estudió en la escuela militar y ahora a tres años de trayectoria, está agradecido por la oportunidad que le han dado para estudiar la especialidad de pediatría.
“Mi experiencia es algo positivo aquí en el Ejército Mexicano, pueden ingresar desde el medio civil sin tener una especialidad, el cual aquí en el Ejército Mexicano se le puede brindar, facilitar”, expresó.
Su misión, son las consultas a los derechohabientes del Instituto de Seguro Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), militares activos o retirados y sus familiares como padres, cónyuges e hijos, en los consultorios de la Novena Zona Militar.
Para Agustín sus actividades inician desde las 6:00 horas, pasa lista del día y después consulta a los pacientes que lleguen en el día; en su consultorio atiende desde jóvenes hasta adultos mayores, todos ingresan con un respeto y agradecimiento al Ejército Mexicano por los servicios que reciben.
Un viernes, uno de sus pacientes fue un hombre mayor que iba por seguimiento en su tratamiento, el saludo es fraterno y de camaradas entre ambos, y aunque se tiene el ideal de que los militares son personas de carácter fuerte, Agustín da otra cara a sus pacientes, como un médico que te puedes encontrar en cualquier hospital.
En el mes en que se difunde la prevención del cáncer de mama, el doctor Agustín tomó la iniciativa de portar un moñito color rosa en su uniforme, teniendo presente su formación en la medicina y el daño que esta enfermedad provoca en las mujeres.
SERVICIO Y GRATITUD
Su colaboración en el Ejército Mexicano, es una labor que más allá de ser cansado, es un servicio que trae consigo la gratitud de cada uno de los pacientes que recibe día a día y por ende, ese empuje que tiene para seguir adelante.
“Aquí en el ejército mexicano la verdad si es la vida un poco más ¿cómo se podrá decir? no depender ya de nuestro tiempo, sino estar aquí en lo que dispongan y todo eso, ya no hacer planes a futuro”, comentó.
En sus tres años como médico militar del pelotón de sanidad, han sido pocas las veces que ha participado en operaciones, por no ser esa su especialidad, sin embargo, ha tenido la oportunidad de atender a un soldado que tuvo un accidente y sufrió fracturas en su brazo.
Durante la pandemia ha sido un miembro más del ejército blanco, canalizando a los pacientes que requerían una mayor atención hospitalaria en el nuevo Hospital General de Culiacán, el cual fue operado por la Sedena. Hace seis meses cuando se tuvo un incremento de contagios, apoyó con su servicio por una semana.
El grado mayor al que puede ser acreedor en el Ejército Mexicano por venir de un medio civil a un medio militar, es Teniente Coronel, meta que se tiene bien definida y mientras avanza en su carrera, ya es uno de los elementos que recibe a los aspirantes, repitiendo la misma pregunta ¿por qué quieres ingresar?
Agustín Gavilanes
Médico en el Ejército Mexicano
“Mi experiencia es algo positivo aquí en el Ejército Mexicano, pueden ingresar desde el medio civil sin tener una especialidad”.
CONVOCATORIA
La Sedena emite una convocatoria para médicos civiles, pero para causar alta se debe pasar por un proceso riguroso y formar parte de la disciplina militar.
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