Una mujer que rompe barreras en un mundo de hombres

María del Socorro Becerra Talavera trabaja como banderera en la obra de revestimiento del arroyo de Urías en Mazatlán, donde se abre paso en una actividad que habitualmente es desarrollada por varones

Marimar Toledo

  · sábado 6 de julio de 2019

Mazatlán, Sin. - En los últimos años la mujer ha ganado terreno en la industria de la construcción, donde ya tiene más participación, tanto en labores administrativas como de campo, además de que muchas de ellas tienen sus propias empresas y otras se desempeñan en mandos medios o incluso incursionan en la actividad con sus propios proyectos.

Pero quienes han decido probar suerte en esta actividad tienen que hacerle frente a numerosos prejuicios y estereotipos, aunque a final de cuentas se ven recompensadas, pues se trata de un sector que les ofrece mejores condiciones laborales y salarios, que otros en los que habitualmente suelen desempeñarse.

Ese es el caso de María del Socorro Becerra Talavera, quien hace un mes pidió trabajo a las empresas Mecer Supervisión y Construcción y la Arrendadora para Construcción, quienes ejecutan la obra de revestimiento del arroyo de Urías en Mazatlán, sin importarle que fuera una actividad que tradicionalmente ha sido desarrollada por hombres.

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La mujer, de 49 años de edad, vecina de la colonia Primera Ampliación de Urías, donde se ejecuta la obra, sin estudios, pero con una gran necesidad de empleo, se acercó a la constructora mazatleca encargada de realizar los trabajos a solicitar un puesto de velador, pero a cambio le ofrecieron el de banderera, donde se convirtió en la primera mujer en desempeñarlo.

“Como vivo aquí cerquita yo vine a pedir trabajo y me lo dieron, es la primera vez que estoy en algo formal, yo me dedicaba a vender colchas en abonos y ahora soy banderera, un trabajo que hacían los hombres y hoy es ocupado por tres mujeres”, dice orgullosa.

Vestida con un overol naranja, lentes oscuros y un sombrero para cubrirse de los fuertes rayos del sol, trabaja siete horas diarias, su función es dar paso con un banderín a los vehículos dentro de un tramo que está obstruido en la Carretera Internacional.

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María relató que en esta obra se trabajan dos turnos, uno de 7:00 a 12:00 horas y el otro de 13:00 a 20:00 horas y que la actividad es relativamente fácil, a pesar de que en los últimos días se ha sentido muy fuerte el calor.

Los choferes de los diferentes vehículos nos ayudan cuando pasan, nos dejan agua o refrescos. En ocasiones resulta un poco peligroso, ya que algunos camiones foráneos se me han echado encima.

Comentó que en ocasiones los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres no los ponen las empresas o los compañeros varones, sino ellas mismas, que no se ven a sí mismas en un sector tradicionalmente masculino.

“La verdad no sé ni cómo me animé, porque eran puros hombres, y a partir de que me veían aquí empezaron a venir más mujeres, ahora ya somos tres las que estamos en esta obra pública”, menciona.

Madre de tres hijos, dos adolescentes y uno de cinco años, aseguró que contrario a lo que pudiera pensarse, porque normalmente donde trabajan puros hombres todos son mal hablados, en su empleo hay mucho respeto.

Los turistas consumen alimento en el mercado José María Pino Suarez

María está contenta, sabe que ha valido la pena dejar atrás lo que hacía antes para estar en la obra,y así seguirá hasta que la corran o se acabe el trabajo y posiblemente siga a los de la construcción a donde vayan, porque le gusta el ambiente laboral y el salario que percibe es un poco mejor de lo que pudiera ganar en otro lugar.

“Es la primera vez que dejo a mi hijo chiquito para trabajar, mi mamá, que vive enseguida de mi casa, me lo cuida, porque no tengo pareja y tengo que trabajar para darle de comer a todos mis hijos”.

Se considera una mujer valiente, echada para adelante, que rompe las barreras en un sector marcado por la desigualdad de género, y en una sociedad llena de prejuicios y estereotipos, en la que ella está dispuesta a sobresalir en base a su esfuerzo, empeño y dedicación.

FUERZA FEMENINA

El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, delegación sur, Eleuterio Silva Trujillo, confirmó que la participación de las mujeres en este ramo va en aumento, e incluso en el consejo directivo se tiene la participación de cuatro empresarias.

Vemos con agrado que muchas mujeres están inmersas en el trabajo, cosa que no se había dado y que está agarrando fuerza. En la mayoría de las empresas constructoras están colaborando ingenieras y arquitectas, mismas que se desempeñan como grandes profesionistas y ya están ingresando directamente al frente de las obras, y muchas veces mejor capacitadas y con más carácter.

Destacó que actualmente las mujeres han demostrado que están capacitadas para desempeñar mandos altos, medios y de bajo nivel, como albañiles, oficiales y ayudantes de carpintería, pintura, plomería o en acabado de yesos.

DATO

106,400 mujeres trabajan en la industria de la construcción, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre del año.