Culiacán, Sin. - Era 7 de julio del 2013 cuando Royer iba en su motocicleta por las rutas de Celaya, Guanajuato. Una vida recia de motocross que lo llevaba a lugares nuevos cada día, tenía 25 años. En su camino junto a las vías del tren dice que vio una niña, también dice que se detuvo a ayudarla a salir de ahí antes de que la locomotora la arrollara y su testimonio termina con una pequeña salva y su pierna amputada.
Royer es hijo del barrio bravo de Tepito, en el corazón de la Ciudad de México. Donde la selva urbana te obliga a ser duro y fuerte, a madrugar para comer y desvelarte para vivir. Una afición por los deportes lo convirtió en un joven atlético y su favorito: el frontón, donde se juega el honor y fuerza en cada pelota.
Otra pasión es el motocross, que le llevó a Celaya donde tras salvar a aquella niña de las vías, le dejó sin una pierna, 4 meses en coma y una nueva vida al regresar a la capital. Sin rendirse se fue a la pared verde donde jugaban frontón, difícil por no decir imposible era jugarlo ya.
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En esa tarde frustrante para Royer, pasó un joven amputado frente a la cancha de frontón, sus bastones eran diferentes, más cómodos se veían. Le dijo a Royer que podía jugar fútbol, que en el club Guerreros Aztecas, el primero de la ciudad, podía adaptarse al deporte. Le dio un tríptico y dejó a un Royer incrédulo, pero con la espina de ir a ver de qué se trataba.
Cuando llegó a la cancha y miró no uno; sino siete jugadores amputados golpeando el balón con fuerza, se sorprendió tanto que decidió intentarlo y seis meses después estaba jugando en el mundial de fútbol para amputados 2014 en Culiacán, Sinaloa.
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México cayó frente a Argentina en los octavos de final y Royer, fue galardonado con la bota de oro por el mejor gol del campeonato; un zapatazo de media cancha que se llevó las ovaciones del público.
Hoy a sus 32 años de edad, Royer recorre México junto a sus compañeros futbolistas donde hace malabares con el balón en cruceros concurridos para ganar dinero y continuar su viaje. Su camino comenzó saliendo de la Ciudad de México hacia Guadalajara y después Mazatlán, ahora en Culiacán; tierra que lo vio anotar el golazo del año, seguirá su viaje, conquistando victorias en su vida.
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