Culiacán, Sin.- Elmer Mendoza, escritor y presidente de El Colegio de Sinaloa, se pronunció por más bibliotecas para la niñez en Sinaloa para que aprovechen el acervo literario existente, es decir, en donde el niño tenga qué leer y no dónde leer.
El reconocido novelista sinaloense insistió en usar las bibliotecas escolares como el lugar para formar grupos de escolares y fomentar la lectura, “en lugar de convertirla en el aula de castigo porque el alumno no llevó la tarea”.
Dentro de la conmemoración del Día Internacional de la Educación, durante la conferencia, La Lectura, Reto Mayor para la Educación en México, efectuada en el Lobby del Salón de Sesiones del Congreso del Estado, Élmer Mendoza Valenzuela y María Félix Raygoza Viera, se pronunciaron para qué a través de la lectura se despierte el imaginario de la niñez.
Se pronunciaron para que de manera urgente se implementen r políticas públicas que fomenten la lectura, principalmente en la niñez.
Cómo es posible aspirar a ser un estado, un mejor país, si no se conocen más de doscientas cincuenta palabras que se usan para la conversación Elmer Mendoza
Externó la idea de que los alcaldes deben promover festivales de lectura para la niñez, principal condición al que se debe incentivar para que incursione en la lectura, tanto en el seno del hogar como en los planteles educativos.
Como escritor sinaloense galardonado recomendó la producción literaria de sinaloenses como: Dámaso Murúa, autor del libro “El Güilo Mentiras”; Herberto Sinagawa, que dejó para la posteridad un amplio legado literario; Pablo de Villavicencio, Ulises Alfaro, Juan Eulogio Guerra Aguiluz, entre otros muchos.
También recomendó adentrarse en las obras de grandes novelistas, ya que además de conocer las diversas prosas, permiten al lector aumentar el número de palabras en su vocabulario.
Por su parte María Félix Raygoza Viera, asesora técnica pedagógica, se pronunció porque sea en el seno del hogar en donde se despierte el interés y el amor por los libro desde la infancia.
Citó a autores y sus obras propias para la niñez, como también recomendaría leer a los menores un cuento.
También se pronunció por la creación de círculos literarios, los que se conformarían de acuerdo a edades y gustos por temas y escritores.
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Se puede trabajar en espacios que bien pueden ser la sala de una casa, la plazuela de un jardín, el patio escolar.
Lo importante es dar ese primer paso, el de integrar el círculo sin importar el número de personas, tres, cinco, diez, las que sean, y que todos participen en la lectura del mismo texto, porque además, y esto también es importante, la lectura despertará el debate Elmer Mendoza
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