Culiacán, Sin.- El presbítero Javier Antuna García advirtió que urgen leyes que protejan desde el embrión hasta la ancianidad, porque la maternidad no puede ser vista como una esclavitud, además demandó acabar con la tramitología de adopción que tanto está deteniendo a padres que quieren adoptar a un bebé.
Dijo sí a la defensa de las mujeres, sí a la defensa de sus derechos, pero también sí a la defensa de sus hijos que llevan en el vientre y que también deben de tener el derecho de vivir sea cual sea sus circunstancias en las que llegaron a este mundo.
“Afirmamos y confirmamos que el derecho de muchas mujeres a ser defendidas por leyes del estado, pero no a costa de las muertes de sus hijos que ya llevan en su vientre, urge, leyes a favor de la mujer, pero también leyes a favor del embrión, del bebé, del niño, del adolescente, del joven, del adulto, del anciano, del moribundo, porque las leyes son para todos, al igual que los derechos. Todas y todos somos personas y gozamos de dignidad”, señaló.
El sacerdote que tiene una especialidad en Bioética, señaló que hay mujeres que viven múltiples formas de violencia, quedando muchas de ellas embarazadas y abandonadas a sus propias fuerzas.
“No se puede defender al no nacido y cerrar los ojos a sus madres, tampoco se puede estar de acuerdo con penas que agraven mucho más la situación de tantas mujeres que ya de por sí viven un calvario y en lugar de apoyarlas las metemos a la cárcel”, señaló.
Se trata, dijo el sacerdote, de estar a la altura de los tiempos, abrir el tema a una mayor y seria reflexión para buscar políticas de salud, educación, apoyar a todas las mujeres que viven el camino del embarazo sin su deseo de llevarlo al término.
Insistió que la maternidad no puede ser vista como esclavitud, en todo caso, si el fruto de la concepción no es deseado, ni esperado, no se puede ver como un simple cúmulo de cédulas a las que puedo tirar o arrancar de mi cuerpo y votarlo.
“Ningún valor puede ser absoluto, nadie puede decir que es libre, sin unir el valor libertad a la responsabilidad y nadie puede decir que es responsable sin ser libre, los valores van entrelazados unos con otros, ninguno puede soltarse. No hay valores absolutos. Imaginemos una libertad absoluta, sería un dictador monstruoso en la sociedad que haría un daño terrible”, señaló.
De la misma manera como no hay un valor absoluto, dijo, tampoco puede haber ningún derecho absoluto, los derechos están unidos unos con otros, la iglesia, añadió, debe y es su misión de atender a todos, al igual que lo debe de hacer el estado, de manera especial, con los más débiles e indefensos.
“Trabajemos por nuevas iniciativas, apoyos sicológicos y económicos para tantas madres en situaciones vulnerables, hacer más sencillos los trámites de adopción por tantos padres de familia que es al revés, ellos, no pueden tener hijos y desean adoptar un hijo, pero la tramitología los detiene. Urge que se busquen nuevas políticas sobre el fin último de aquellos niños que nacieron y que esperan un nuevo hogar que los acoja”, indicó.
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