Culiacán, Sin.- Bajo una ola de violencia y una falta de atención por parte de las autoridades municipales y estatales, familias desplazadas se refugian en casas de familiares o conocidos para no resultar víctimas de las balas en enfrentamientos.
Hace un mes, Sabino y su esposa salieron con sus seis hijos de la comunidad las Arenitas para huir de la violencia que se vivía en tal comunidad del ahora municipio de Eldorado, sin embargo, fue apenas una semana cuando la historia se volvió a repetir al tener que dejar sus pertenencias de nueva cuenta y salir de la comunidad las Víboras en Costa Rica, donde grupos criminales les pidieron salir de manera inmediata.
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Son alrededor de 100 las familias que tuvieron que salir de esta comunidad y dejar todo tirado para protegerse de una bala perdida o fuego cruzado en enfrentamientos de grupos delincuenciales.
La familia de Sabino narró que fue el lunes por la mañana cuando se les avisó que tenían que dejar sus casas y fue en menos de una hora cuando lograron salir con solo dos cambios de ropa para cada uno y lo que llevaban puesto.
“Llegaron y nos dijeron que nos saliéramos qué iba a estar peligroso. No hubo amenazas, llegaron y nos hablaron bien, pero por los niños que corren peligro; entraron los soldados pero no nos acompañaron, nos salimos solos”.
Ante esta situación, la familia logró refugiarse en una casa en la sindicatura de Costa Rica, donde no les falta techo y un taco de comida, sin embargo, carecen de espacios dignos para poder vivir, ya que no cuentan con camas, ropa, pañales para los niños, comida y demás necesidades.
“No queremos ser una carga, aquí gracias a Dios nos atendieron, pero queremos trabajar, buscar una casita donde rentar o buscarle. Nos salimos por los niños”, señaló.
Situación
Las familias refugiadas en la sindicatura central de Costa Rica narraron que fue el lunes a las 8:00 de la mañana cuando un grupo de personas armadas en una camioneta acudieron a cada uno de los domicilios en la comunidad de las Víboras, para pedirles a las familias que se salieran de sus casas lo más pronto posible.
Sin amenazas o dispararos, simplemente con la advertencia y al presenciar portación de armas de fuego, las familias no dudaron ni un segundo en preparar las pocas cosas que podían llevarse y partir en un tiempo de una hora, dejando atrás sus hogares, trabajos y toda una historia de vida.
Niños sin ropa, sin cobijas, comida y con la preocupación constante viven las familias desplazadas en Costa Rica.
Las familias acudieron a solicitar apoyo a la sindicatura central, donde se les tomó lo datos, sin embargo, les dijeron que no tenían apoyos para otorgarles, y tampoco les ofrecieron un refugio en albergues para resguardarse.
En una sola casa que les dieron asilo, llegaron 12 personas entre ellas seis niños de todas las edades, que han dejado las escuelas y no cuentan con un hogar digno ante la inseguridad que se vive en la zona.
Las familias se acomodan en el piso para pasar las noches, a una semana de vivir con una pareja que les dio asilo.
Necesidades
Martina Landeros, dijo que su casa de dos cuartos donde vivían dos familias quedó sola, y le preocupa que dañen su vivienda, pues no tenía grandes lujos, pero son 15 años que ha luchado por construir su casita y el dejarla o perderla no sería justo.
“El trabajo de jornalero, no alcanza para más, a penas mediocomemos, vivimos al día. Las personas que tienen más es porque les ha llegado alguna ayuda. Ahorita no hemos tenido ningún tipo de apoyo, queremos seguridad para regresar a nuestras casas, sino trabaja uno, no come”, señaló.
Agregó que se requieren de abanicos, camas, cobijas, y demás para que los niños no duerman en el piso ya que salen alacranes y arañas.
Entre la tensión, el miedo y encontrar dónde quedarse, las familias desplazadas por la violencia agradecen que no les falte las tortillas y el frijol para poder alimentarse día a día.
Por otra parte, Isabel Flores, explicó que sus hijas acudían al kínder y a la primaria a la comunidad de las Arenitas, pero con el inicio de la violencia, ya tienen un mes rodando de comunidad en comunidad, razón por la que buscan apoyos para trabajar y sacar a sus hijos adelante.
La madre de familia, mencionó que antes de esta situación se dedicaba a hacer tortillas de harina y empanadas para vender, por lo que le gustaría que le donaran ingredientes para poder reiniciar su vida y crear lo que sabe hacer para salir adelante, ya que actualmente con tanto desplazamiento no cuentan con un trabajo y el comer les es más difícil.
Autoridades
Ante esta situación la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (Sebides) informó que como primer acercamiento ha instalado un call center por medio de síndicos y comisarios para detectar a dónde se fueron y que acciones tomar.
Sin embargo, de acuerdo con las familias en esta situación las necesidades son muchas, ya que perdieron sus pertenencias y dejaron sus hogares para buscar refugio en otros, e incluso se han quedado sin trabajo y una forma de hacer frente a la situación económicamente, al no contar con un sustento familiar.
Las autoridades del gobierno municipal y estatal hasta el momento no cuentan con un registro de cuántas familias están en esta situación y menos brindar apoyos o un refugio para proteger su integridad.