El abogado Aaron Schlossberg, protagonista de un sonado video en el que se quejaba de que empleados de un restaurante de Nueva York habla en español, pidió hoy disculpas por su comportamiento y aseguró que no es racista.
"A las personas que insulté, me disculpo", dijo Schlossberg en un comunicado difundido por su despacho, en el que considera "inaceptable" la forma en la que se expresó en el incidente, convertido en fenómeno viral y que le ha valido numerosas acusaciones de racismo.
El abogado aseguró que entiende que sus palabras y acciones dolieron a la gente, pero insistió en que las imágenes no muestran a la persona que realmente es.
"No soy racista. Una de las razones por las que me mudé a Nueva York es precisamente por la extraordinaria diversidad que ofrece esta maravillosa ciudad", señaló.
Schlossberg afirmó que los "inmigrantes y la diversidad de culturas que los inmigrantes" aportan son parte de las razones por las que ama Estados Unidos y Nueva York.
Su respuesta llegó una semana después de que comenzase a circular en las redes sociales un video en el que se le veía quejarse a gritos al gerente de un restaurante de que los empleados estaban hablando en español.
En la grabación, Schlossberg amenazaba además con llamar a las autoridades migratorias para denunciarlos, asumiendo que se encontraban en el país de forma irregular.
Sus palabras desencadenaron una fuerte reacción en Nueva York, con llamamientos a boicotear su negocio y curiosas protestas como la encabezada por un grupo de mariachis frente a su domicilio.
Políticos vinculados con las comunidades latinas de Nueva York han pedido que Schlossberg, simpatizante republicano, sea inhabilitado como abogado.