El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se negó hoy a adelantar las elecciones de 2021 a marzo de 2019, tal como se lo han solicitado diversos sectores, para detener la crisis que ha dejado más de 310 muertos en Nicaragua.
Ante una multitud de simpatizantes admiradores y de empleados estatales, Ortega apeló a la Constitución de Nicaragua, que establece elecciones cada 5 años, para negarse al anticipo de los comicios.
"Aquí las reglas las pone la Constitución de la República, a través del pueblo, las reglas no pueden venir a cambiarlas de la noche a la mañana porque se le ocurrió a un grupo de golpistas", dijo Ortega, sin identificar a quienes están detrás de un supuesto golpe de Estado.
La crisis que atraviesa Nicaragua empezó el 18 de abril pasado con protestas contra reformas de la seguridad social, pero se convirtieron en un clamor nacional cuando la represión de las autoridades empezaron a cobrarse decenas de vidas de los manifestantes, que se convirtieron en centenares, así como de miles de arrestos ilegales y casos de tortura, según diversas ONG.
Al clamor de miles de nicaragüenses por un adelanto de elecciones se unió una petición formal de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) para anticipar los comicios a marzo próximo, al que se sumaron el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, diversas naciones y recientemente el propio hermano de Ortega, el general en retiro Humberto Saavedra.
"Ya habrá tiempo, tal como manda la ley, habrá tiempo para elecciones, todo tiene su tiempo", dijo Daniel Ortega, con una media sonrisa en los labios, la única que dejó ver durante su discurso.