PARÍS. El flamante partido de extrema derecha Vox podría llegar al poder en España en el marco de una coalición dirigida por el líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado. Esa perspectiva dependerá de la alquimia que arrojen las elecciones legislativas del próximo domingo.
Pero, la posibilidad quedó abierta, en todo caso, después que Casado abrió la puerta, por primera vez, al ingreso de Vox en una eventual alianza de gobierno. Vox o el partido centrista Ciudadanos, “logren 10 escaños o 40, van a tener la influencia que quieran tener para entrar en el gobierno o para decidir la investidura o la Legislatura", aseguró el sucesor de Mariano Rajoy en el partido de tendencia conservadora.
“El PP es la mejor alternativa a Sánchez porque es el único que puede llegar a acuerdos e impedir el bloqueo" por el empate que sobrevendría entre los dos bloques luego de las elecciones generales, indicó.
La mayoría de los sondeos prevén un empate técnico entre los bloques de izquierda y derecha, lo que obligaría a los jefes de las dos grandes corrientes políticas a recurrir a una estrategia de alianza con los partidos menores para obtener la mayoría parlamentaria.
No es fácil imaginar la perspectiva de un gobierno de coalición formado por las diversas derechas, debido a las tensas relaciones que existen entre los dos eventuales aliados del PP. Casado confirmó la existencia de esa tirantez al decir: "Yo me entiendo con Vox y me entiendo con Ciudadanos, aunque ellos ni se hablan". ENTENDIMIENTO Las relaciones entre el PP y Ciudadanos tampoco son idílicas.
La tensión surgió después de la ofensiva lanzada por el líder centrista Albert Rivera. Por eso, en los últimos días Casado multiplicó sus advertencias sobre el “error” que significa esa estrategia y apeló a Rivera a "no equivocarse de adversario".
“Ni sus electores ni los míos comprendería que no nos entendiéramos", insistió después de expresar su inquietud por el comportamiento del líder de Ciudadanos, partido que —según los sondeos— totalizaría 14 por ciento de los votos y podría reunir entre 40 y 50 escaños.
Pablo Casado sospecha a Rivera se jugar dos cartas al mismo tiempo para dejar abierta la posibilidad de pactar con el PSOE en caso de que lo inviten a participar en un gobierno de coalición de centroizquierda. Rivera, por su parte, se negó a considerar la propuesta de Casado diciendo que estaba está "concentrado en echar” al socialista Pedro Sánchez de La Moncloa (sede del gobierno). También criticó la actitud de Casado de “distribuir sillones de un hipotético gobierno” cuando todavía faltan dos días para votar.