El Capitán Rómulo Mejía Serrano asegura ser víctima de acoso laboral, el cual escaló en lesiones hacia su persona y hasta un arresto infundado.
Él es titular de los Organismos Federales, Estatales y Municipales (CODEFEM) y afirma que hay irregularidades en la Secretaría de Seguridad Pública que son solapadas por el titular Gerardo Mérida Sánchez y el subsecretario Leoncio Pedro García Alatorre.
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Hoy la dependencia lanzó un comunicado señalando al capitán como agresor de la subsecretaria de Estudios, Proyectos y Desarrollo de la SSPE, Sobeyda Guadalupe Sandoval Sicairos. En contraparte, Mejía Serrano afirma ser víctima de acoso laboral perpetrado por esta funcionaria.
Ella llegó a dicho puesto en sustitución de Yeraldin Bonilla, quien se fue de candidata en el recién culminado proceso electoral.
"Desde que llegó se portó prepotente, poco a poco ha estado metiendo a su gente. Quiere que renuncie para poner a un conocido en mi puesto. Me insulta y denigra cada vez que puede llamándome pendejo, inepto e inservible frente a los compañeros", declaró el capitán.
Rómulo ha tenido acercamiento en distintas ocasiones con el secretario de Seguridad, Gerardo Mérida Sánchez, pero dijo que siempre ha hecho caso omiso. Incluso dice que le tendieron una trampa para poder quitarlo de su puesto.
Su propia versión
El capitán contó su versión de los hechos por los cuales le arrestaron: "Yo llegué a la oficina, Sobeyda me pidió las llaves, yo le dije que iba a sacar una copia, después de esto llamó al subsecretario Leoncio, quien llamó a una patrulla rosa y me arrestaron", relató.
Comentó que en ese lapso fue golpeado por los agentes de la policía, causándole heridas en distintas partes de su cuerpo. Posteriormente lo llevaron a barandilla, pero lo liberaron por falta de pruebas.
La narrativa que lo señala como agresor es falsa, afirmó, y quien está respaldando este actuar son los altos mandos de la Policía.
Rómulo entró a trabajar en abril de 2023, cuando el teniente coronel Cristóbal Castañeda Camarillo estaba al frente de la SSP. Dijo que las agresiones llegaron a tal grado que intentó renunciar, pero Mérida Sánchez lo convenció de no hacerlo.