Se acabó el boxeo de sombra y las fintas, la candidata y los seis candidatos sacaron en el primer debate oficial fichas, descalificaciones, antecedentes, denuncias, dudas sobre las millonarias fortunas de algunos y notas críticas del pasado, todos contra todos. El golpeteo abundó, sólo se escucharon algunas propuestas como bajar a cinco pesos la tarifa de transporte, donar el salario de gobernador, un plan integral de trenes ligeros y BRT y un sí a los proyectos de El Purgatorio y El Zapotillo.
Quedaron en el limbo los retos del candidato del PRI para someterse a exámenes de detector de mentiras, abuso de drogas y de tipo mental, además de transparentar todo el patrimonio propio.
Carlos Lomelí y Miguel Ángel Martínez Espinosa fueron los únicos que citaron y pidieron el voto por su candidato presidencial: Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya. A los demás sus contrincantes se los tuvieron que recordar.
Se quedaron en el diagnóstico, sus propuestas rayaron en lo escueto, nada nuevo bajo el sol, algunas de ellas incluso con seis años de vigencia y al final pareciera que faltaron los “cómos” para todo lo que proponen.
Fueron cinco etapas, una de cuatro minutos, réplica, contrarréplica, sus acciones para los primeros 100 días y las conclusiones.
Fue intenso y despertó pasiones. Desde una hora antes los militantes se dieron cita a las afueras de Canal 44 de la Universidad de Guadalajara. Los gritos para uno y otro.
Uno a uno arribaron, todos acompañados de miembros de su equipo o incluso presidentes de su partido a nivel estatal. A Carlos Lomelí, de la coalición Juntos Haremos Historia, lo acompañaba la presidente de Morena, Yeidckol Polevnsky.
Sorprendió el candidato del PAN, Miguel Ángel Martínez Espinosa, que abrió y repartió golpeteo para todos: Miguel Castro que no hizo nada para resolver los grandes problemas cuando formó parte del actual Gobierno, Alfaro -dijo- “llega a hablar de maravillas cuando hay 200 colonias de Guadalajara sin agua” y Lomelí que no ha explicado cómo se ha hecho inmensamente rico.
La candidata de Nueva Alianza, Martha Rosa Araiza de Nueva Alianza, tuvo para todos, a Carlos Lomelí con el tema de su fortuna y su torre de la avenida Patria, e incluso intentó poner en predicamento al panista con el tema del matrimonio igualitario. Martínez Espinosa respondió que el tema está decidido en que hay otras formas de convivencia e insistió: “No dividamos a la comunidad con debates que pueden solucionarse con garantías para todos”.
Ella misma puso el dedo en la llaga cuando denunció que hace seis años en un debate “nos mintieron” y el Jalisco ideal que plantearon sólo fue “ideal y para sus amigos”. Jalisco no avanzó, consignó, para luego recordarles su apatía que fue la única que acudió a un foro del medio ambiente convocado por los ciudadanos, ninguno de los otros fue. Se puede decir que ella fue la única de propuestas claras y directas para resolver el problema del agua: “Porque antes han faltado decisiones, dice sí “al Purgatorio y El Zapotillo”, dijo.
Sus ataques, sin embargo, por momentos fueron desorganizados y no articulados, como cuando se puso a hablar de su vestido hecho por manos jaliscienses y los trajes de marca de sus compañeros, “comprados en una buena tienda”.
Miguel Castro Reynoso del PRI y Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano se enfrascaron en un pleito directo, de contrastes, donde el primero fue enfático en señalar que las cosas no se hicieron bien ni en Tlajomulco, con altos índices delictivos y falta de servicios, y la Guadalajara, donde los robos aumentaron.
Acusó a Enrique Alfaro de vender parques, parte del Dean y en Tlajomulco se dedicó a proteger a los desarrolladores. Dijo que muchas colonias de Tlajomulco no tienen los servicios básicos y están sumidos en la peor de las inseguridades, “no refundaste Tlajomulco Enrique, lo refundiste, ¿Así quieres refundir Jalisco?”.
También lanzó retos a sus compañeros para sus compañeros, someterse a: detector de Mentiras, para evaluar su comportamiento; sobre el uso de drogas y salud mental.
“Los invito a que el próximo lunes 21 de mayo a la dos de la tarde en Plaza Fundadores, con un representante de universidades y un representante de sectores sociales, podamos poner ahí, sobre la mesa, toda la información sobre nuestro patrimonio. El que nada debe, nada teme”.
Miguel Castro insistió en el tema de la Universidad de Jalisco y hasta sticker presentó, invitó a sus compañeros a sumarse, nadie respondió, tampoco a los retos.
Enrique Alfaro Ramírez, candidato de Movimiento Ciudadano, se negaba a engancharse, evitó fajarse con sus contrincantes, pero esquivó, propuso la línea del Tren Ligero a Tlajomulco y BRT al Aeropuerto y una segunda fase hasta Chapala, y lanzó uno que otro golpe:
En sus propuestas de movilidad rozó el tema que más controversia ha causado como el sistema de fotoinfracciones que, dijo, será desmantelado, pero sobre todo en el sistema de corrupción que hay dentro.
Las acusaciones del PRI las calificó como recicle y siguió metido en sus propuestas en las que sobresalen: Saneamiento del Río Santiago por una red completa de tratamiento de aguas residuales y comprar la reserva de tierra necesaria para la zona de amortiguamiento al Bosque de La Primavera.
Carlos Orozco lanzó golpes medidos a Alfaro con la venta de parques en la ciudad y con quien se enfrascó en un pleito de fichas fue con Carlos Lomelí, candidato de Morena, al que apenas esta semana denunció. Le sacó cuando fue detenido por portación y en respuesta mostró otra al público donde aparece Orozco con la leyenda “Se busca”, al mismo tiempo que decía “ya ven que fácil es difamar”.
Carlos Lomelí, quien dijo que Jalisco necesita un cambio verdadero y enlistó el deterioro de la entidad con más autos, de 600 mil a más de dos millones, y lo que pasa en Tlajomulco, donde gobernó Enrique Alfaro, fue enfático en señalar en que el PRIAN existe en Jalisco:
“Estamos hartos del PRIAN, de los altos costos de la gasolina y el gas, el aumento de robos a casas entre 2017 y 2018 en un 300%, en el municipio donde gobernó Enrique Alfaro”; además anunció la donación total de su salario y la reducción a la mitad de sus colaboradores.
El pendón que mostraron de los rostros de Alfaro y Lomelí juntos, hace tres años haciendo campaña, quedó atrás, cuando entre ambos se dio otro embate donde el primero cuestionó al doctor por los 300 contratos de asignación directa que obtuvo con Peña Nieto por dos mil 300 millones de pesos y la respuesta de Lomelí que insistió en que “el tamaño de sus calumnias, es el tamaño del miedo” e insistió en lo que llama extraña alianza entre Alfaro-Anaya-Raúl Padilla, que acumula una historia de amistades y traiciones.
Salvador Cosío del PVEM pareciera que estuvo entre el cielo y el infierno, los cuestionamientos llegaron hasta él sólo porque sus orígenes fueron en el PRI, él cuestionó a todos los demás por su actuar en el Gobierno, perdió un minuto de los cuatro que le tocaban mientras mostraba pancartas con cifras como: Mil 47 víctimas de homicidio, 117 feminicidios, dos mil 390 desaparecidos, cinco mil 309 robos con violencia y los estudiantes y jóvenes desaparecidos.
Propuso infraestructura para almacenar el agua de lluvia y librar al Lago de Chapala de las descargas residuales, además revocar el acuerdo con León para no darle ni un litro de agua hasta no resolver primero el problema interno. Las líneas 4 y 5 del Tren Ligero y expropiar el Lago de Chapala, todas de ensueño, pero ¿con qué dinero?
Vinieron después réplicas y contrarréplicas, sus acciones en los primeros 100 días de Gobierno y las conclusiones, las mismas propuestas, “los trapitos al sol” -como dijo la candidata de Panal- y la advertencia de que este es sólo el primer round.
