/ domingo 10 de septiembre de 2017

Mantienen para este lunes suspensión de clases en Oaxaca y Chiapas tras sismo

Las autoridades estatales recomiendan seguir únicamente las recomendaciones oficiales generadas por las Instituciones del Estado Mexicano.

||Con información de Notimex||

 

La Secretaría de Educación Pública así como el Instituto Estatal de Educación pública de Oaxaca coincidieron en mantener la suspensión de clases en los estados de Oaxaca y Chiapas tras un dictámen de seguridad por los daños ocasionados por el sismo del pasado jueves.

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer realizó recorridos por los diferentes planteles en el estado de Chiapas para verificar los daños ocasionados por el sismo del pasado jueves, de 8.2 grados Richter, posteriormente informó que se mantendrás suspendidas las clases tras la evaluaciones realizadas.

 

El Gobierno de Oaxaca, a través del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), informó que este lunes 11 de septiembre se mantendrá la suspensión de clases en las escuelas –públicas y privadas- de todos los niveles educativos en la entidad.

Lo anterior, como medida responsable para mantener la observación y monitoreo de la infraestructura educativa de la entidad, ante la continuación de réplicas del sismo de 8.2 grados Richter que impactó a la entidad el jueves pasado.

Las autoridades estatales recomiendan seguir únicamente las recomendaciones oficiales generadas por las Instituciones del Estado Mexicano, así como evitar difundir información sin fuente formal que pueda confundir a la población afectada por los fenómenos naturales.

Dolor y devastación persiste en la región del Istmo

Dolor y devastación causado por el sismo de 8.2 grados con epicentro en Chiapas, se siente entre la comunidad del Istmo, este derivado a las graves afectaciones en estructura y la aguda escasez de agua y alimentos, ya que la ayuda gubernamental es insuficiente para atender a cada uno de los afectados, quienes además de quedarse sin casa, viven en las calles para cuidar lo poco que les ha quedado.

Van ya 48 horas del sismo, los días pasan y junto con ellos el recuento de los daños mismos que crecen, esto unido a los más de 600 réplicas que se han sentido en la región, han afectado miles de viviendas, sin contar edificios comerciales, que se traduce en 800 mil habitantes en desgracia.

A esta comunidad llegaron los apoyos por parte del Ejército Mexicano, la Policía Federal, Estatal y cuerpos de socorro y voluntarios, quienes comenzaron a retirar escombros, donde se vislumbra con más claridad la magnitud de la tragedia.

Ante la mirada de los propios habitantes se ven las avenidas, calles y callejones de Juchitán, cientos de casas que se vinieron abajo.

Entre los escombros escapa el olor a muerte, por el hedor de los cuerpos de quienes fallecieron aplastados y sus restos aún permanecen atrapados.

Foto: Victor Castillo Stgo./Corresponsal

 

Afuera, cuidando lo que quedó de su propiedad o sentados bajo una sombra, los damnificados están en espera de apoyo de los gobiernos, pues la gente se queda sin comida y agua.

Los habitantes del Istmo se encuentran desesperados y claman “Necesitamos agua y comida, es lo que urge”, “¡Mire, mire!, cómo quedó mi casa”, “Nadie se ha aparecido por aquí por lo menos a decirnos una palabra de aliento”, “¿Quién está llevando la lista donde se anota uno por las casas caídas?”, “El gobierno nada más se acuerda de nosotros cuando hay elecciones”, reclaman los damnificados.

Estamos después de dos días del sismo, y la preocupación de la gente es la escasez del agua, y la comida, ya que las despensas entregadas por el gobierno no atenúan las necesidades.

La escasez se origina por el cierre de las tiendas departamentales y almacenes debido a los daños, además de la falta de energía eléctrica y el temor a saqueos.

Ante esto, la población se ha volcado a los alrededores de lo que fue el Mercado Municipal 5 de Septiembre, donde se han instalado los comerciantes, para adquirir los tradicionales productos de este pueblo zapoteco, como: totopo, camarón, queso, tamales y elotes.

Las tortillerías son los únicos establecimientos que abren sus puertas aunque las filas son kilométricas.

“Por lo menos ya podemos comer totopo o tortilla con queso”, ataja una mujer vestida de nahua y huipil.

Sin embargo, la insuficiencia de agua constituye la mayor contrariedad porque un buen número de damnificados no puede pagar un garrafón de agua de 18 litros ya que las empresas embotelladoras locales incrementaron el precio; antes del terremoto se vendía en 24 pesos y ahora, hasta en 50.

Decenas de edificios están a punto de colapsar.

/amg

||Con información de Notimex||

 

La Secretaría de Educación Pública así como el Instituto Estatal de Educación pública de Oaxaca coincidieron en mantener la suspensión de clases en los estados de Oaxaca y Chiapas tras un dictámen de seguridad por los daños ocasionados por el sismo del pasado jueves.

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer realizó recorridos por los diferentes planteles en el estado de Chiapas para verificar los daños ocasionados por el sismo del pasado jueves, de 8.2 grados Richter, posteriormente informó que se mantendrás suspendidas las clases tras la evaluaciones realizadas.

 

El Gobierno de Oaxaca, a través del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), informó que este lunes 11 de septiembre se mantendrá la suspensión de clases en las escuelas –públicas y privadas- de todos los niveles educativos en la entidad.

Lo anterior, como medida responsable para mantener la observación y monitoreo de la infraestructura educativa de la entidad, ante la continuación de réplicas del sismo de 8.2 grados Richter que impactó a la entidad el jueves pasado.

Las autoridades estatales recomiendan seguir únicamente las recomendaciones oficiales generadas por las Instituciones del Estado Mexicano, así como evitar difundir información sin fuente formal que pueda confundir a la población afectada por los fenómenos naturales.

Dolor y devastación persiste en la región del Istmo

Dolor y devastación causado por el sismo de 8.2 grados con epicentro en Chiapas, se siente entre la comunidad del Istmo, este derivado a las graves afectaciones en estructura y la aguda escasez de agua y alimentos, ya que la ayuda gubernamental es insuficiente para atender a cada uno de los afectados, quienes además de quedarse sin casa, viven en las calles para cuidar lo poco que les ha quedado.

Van ya 48 horas del sismo, los días pasan y junto con ellos el recuento de los daños mismos que crecen, esto unido a los más de 600 réplicas que se han sentido en la región, han afectado miles de viviendas, sin contar edificios comerciales, que se traduce en 800 mil habitantes en desgracia.

A esta comunidad llegaron los apoyos por parte del Ejército Mexicano, la Policía Federal, Estatal y cuerpos de socorro y voluntarios, quienes comenzaron a retirar escombros, donde se vislumbra con más claridad la magnitud de la tragedia.

Ante la mirada de los propios habitantes se ven las avenidas, calles y callejones de Juchitán, cientos de casas que se vinieron abajo.

Entre los escombros escapa el olor a muerte, por el hedor de los cuerpos de quienes fallecieron aplastados y sus restos aún permanecen atrapados.

Foto: Victor Castillo Stgo./Corresponsal

 

Afuera, cuidando lo que quedó de su propiedad o sentados bajo una sombra, los damnificados están en espera de apoyo de los gobiernos, pues la gente se queda sin comida y agua.

Los habitantes del Istmo se encuentran desesperados y claman “Necesitamos agua y comida, es lo que urge”, “¡Mire, mire!, cómo quedó mi casa”, “Nadie se ha aparecido por aquí por lo menos a decirnos una palabra de aliento”, “¿Quién está llevando la lista donde se anota uno por las casas caídas?”, “El gobierno nada más se acuerda de nosotros cuando hay elecciones”, reclaman los damnificados.

Estamos después de dos días del sismo, y la preocupación de la gente es la escasez del agua, y la comida, ya que las despensas entregadas por el gobierno no atenúan las necesidades.

La escasez se origina por el cierre de las tiendas departamentales y almacenes debido a los daños, además de la falta de energía eléctrica y el temor a saqueos.

Ante esto, la población se ha volcado a los alrededores de lo que fue el Mercado Municipal 5 de Septiembre, donde se han instalado los comerciantes, para adquirir los tradicionales productos de este pueblo zapoteco, como: totopo, camarón, queso, tamales y elotes.

Las tortillerías son los únicos establecimientos que abren sus puertas aunque las filas son kilométricas.

“Por lo menos ya podemos comer totopo o tortilla con queso”, ataja una mujer vestida de nahua y huipil.

Sin embargo, la insuficiencia de agua constituye la mayor contrariedad porque un buen número de damnificados no puede pagar un garrafón de agua de 18 litros ya que las empresas embotelladoras locales incrementaron el precio; antes del terremoto se vendía en 24 pesos y ahora, hasta en 50.

Decenas de edificios están a punto de colapsar.

/amg

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